Influencia del Clima en la Vida y en los Elementos de la Tierra
1. Cómo determina el clima la vida en la Tierra
El clima es uno de los factores fundamentales que regulan la biosfera. Sus variables —temperatura, humedad, precipitación, radiación solar y dinámica atmosférica— establecen los límites dentro de los cuales los organismos pueden vivir, reproducirse y evolucionar. La distribución global de los ecosistemas responde directamente a los patrones climáticos, que determinan la disponibilidad de recursos y la estabilidad ambiental necesaria para mantener procesos biológicos.
1.1. Temperatura
La temperatura determina la velocidad de las reacciones químicas que ocurren dentro de los organismos. Cada especie posee un rango térmico de tolerancia que define su supervivencia: por ejemplo, muchas bacterias termófilas solo prosperan en aguas geotermales superiores a 70 °C, mientras que los mamíferos regulan su temperatura interna para mantener la homeostasis en ambientes fríos. A escala planetaria, las variaciones térmicas han generado zonas climáticas (tropical, templada, polar) que condicionan la distribución de la vegetación y de los animales. Incluso pequeñas variaciones pueden provocar colapsos en poblaciones, como ocurre en episodios de olas de calor que superan los límites fisiológicos de plantas y animales.
1.2. Disponibilidad de agua
El agua es indispensable para todos los procesos metabólicos. La precipitación, humedad relativa y presencia de cuerpos de agua determinan la cantidad de biomasa que un ecosistema puede sostener. En regiones donde la lluvia es abundante, como las selvas tropicales, la elevada disponibilidad hídrica permite una gran diversidad vegetal y animal. Por el contrario, en zonas desérticas la escasez hídrica limita el tamaño de las poblaciones y obliga a desarrollar adaptaciones fisiológicas y morfológicas, como cutículas impermeables, metabolismo CAM o comportamientos de actividad nocturna. La estacionalidad de las lluvias también determina ciclos reproductivos y migratorios en aves, mamíferos y anfibios.
1.3. Radiación solar
La radiación solar es la fuente principal de energía para la vida, pues permite la fotosíntesis y regula la temperatura del planeta. La distribución desigual de la radiación a lo largo del globo origina cinturones de alta y baja productividad primaria: las zonas ecuatoriales, con luz casi constante, albergan los ecosistemas más productivos; mientras que las regiones polares, con poca radiación estacional, presentan ciclos de escasa actividad biológica. La radiación solar también regula procesos como la germinación de semillas, la actividad circadiana de animales y el equilibrio térmico de cuerpos de agua superficiales.
1.4. Viento y circulación atmosférica
Los patrones de viento distribuyen humedad, polvo, calor y nutrientes entre regiones distantes. Las corrientes atmosféricas son responsables de transportar esporas, polen y semillas, permitiendo la expansión de especies vegetales. Asimismo, determinan la formación de zonas de alta precipitación (como los monzones) y zonas áridas (como los desiertos subtropicales). Los vientos también influyen en el comportamiento de la fauna, por ejemplo, aves migratorias que dependen de corrientes favorables para cruzar largas distancias. A mayor escala, la circulación atmosférica global regula el clima del planeta y determina las estaciones.
2. Influencia del clima en la evolución y el desarrollo de la vida
El clima ha sido uno de los motores más influyentes en la historia evolutiva de la vida. A lo largo de millones de años, los ciclos de glaciación, el calentamiento global, la variación atmosférica y los cambios en la geografía mundial han generado presiones selectivas que han moldeado la biodiversidad en la Tierra.
2.1. Presión selectiva
Los cambios climáticos obligan a las especies a adaptarse, desplazarse o desaparecer. Esto impulsa adaptaciones fisiológicas (como la regulación térmica), morfológicas (pelajes densos, capas de grasa) y comportamentales (migración, hibernación). Durante el Pleistoceno, por ejemplo, el enfriamiento global favoreció el desarrollo de animales adaptados al frío, mientras que grandes herbívoros no adaptados desaparecieron. En las plantas, variaciones climáticas han impulsado la evolución de formas de fotosíntesis más eficientes según la concentración de CO₂ y la disponibilidad hídrica.
2.2. Diversificación biológica
Los ambientes estables promueven la diversificación de especies, ya que permiten la especialización ecológica. Los trópicos, donde el clima presenta poca variación estacional, concentran la mayor parte de la biodiversidad terrestre. En contraste, regiones con cambios climáticos frecuentes favorecen especies generalistas capaces de adaptarse rápidamente. Además, los eventos de cambio climático han generado oportunidades evolutivas: cuando un ecosistema colapsa, otras especies encuentran nuevos nichos que colonizar, dando lugar a radiaciones adaptativas.
2.3. Extinciones masivas
A lo largo de la historia de la Tierra, grandes oscilaciones climáticas han provocado extinciones masivas. El enfriamiento global del Ordovícico causó la desaparición del 85 % de las especies marinas. En el límite Pérmico-Triásico, un calentamiento abrupto y la acidificación del océano eliminaron a casi todos los organismos complejos. Estas extinciones transformaron radicalmente las comunidades biológicas y permitieron que nuevos grupos taxonómicos dominaran, impulsando cambios profundos en la evolución de la vida.
2.4. Migraciones y expansión
Los cambios climáticos han guiado migraciones masivas a lo largo del tiempo. El avance y retroceso de glaciares permitió a especies desplazarse hacia nuevas regiones, generando intercambios biogeográficos. En el caso humano, el clima influyó en la salida de Homo sapiens de África, en la colonización de Eurasia y en el desarrollo de adaptaciones biológicas como la pigmentación de la piel, la tolerancia a la lactosa o la resistencia al frío. El clima, por tanto, no solo condiciona la distribución actual de los seres vivos, sino que ha sido determinante en su trayectoria histórica.
3. Influencia del clima en los elementos no vivos
El clima también tiene una profunda influencia sobre los elementos abióticos del planeta. La dinámica atmosférica y la distribución térmica modelan el relieve, regulan la formación de suelos, controlan los ciclos biogeoquímicos y determinan la disponibilidad de recursos naturales. El paisaje que observamos hoy es, en gran medida, resultado de millones de años de interacción entre clima, geología y procesos superficiales.
3.1. Modelado del relieve
La erosión, el transporte y la deposición de sedimentos dependen directamente del clima. En zonas de alta precipitación, los ríos excavan valles profundos y transportan grandes volúmenes de materiales. En regiones frías, los glaciares actúan como gigantescas herramientas de erosión, moldeando montañas, creando valles en U y depositando morrenas glaciares. Por otro lado, en zonas áridas el viento es el principal agente modelador, originando dunas, cañones y erosión diferencial. Cada tipo de clima deja una firma característica en el paisaje.
3.2. Formación y evolución de suelos
El clima controla la meteorización de las rocas, proceso fundamental en la formación del suelo. En climas húmedos y cálidos predomina la meteorización química, que genera suelos profundos y ricos en arcillas. En regiones frías, la meteorización física asociada al hielo produce suelos delgados y pobres. La humedad también influye en la acumulación de materia orgánica: en zonas templadas, la descomposición rápida produce horizontes bien desarrollados; en climas áridos, la falta de vegetación y agua limita la formación de materia orgánica y da lugar a suelos salinos y calcáreos.
3.3. Circulación oceánica
El clima regula la dinámica de los océanos, incluyendo corrientes superficiales y profundas que transportan calor y nutrientes alrededor del planeta. La Corriente del Golfo, por ejemplo, mantiene el clima templado de Europa occidental. Cambios en la temperatura y en la salinidad pueden alterar estas corrientes y desencadenar eventos climáticos globales. En el ámbito ecológico, la circulación oceánica determina las zonas de afloramiento, donde las aguas profundas ricas en nutrientes sustentan vastas poblaciones de peces y fitoplancton.
3.4. Ciclos biogeoquímicos
El clima influye en los ciclos del agua, carbono y nitrógeno, que regulan la composición atmosférica y permiten la continuidad de procesos ecológicos. La evapotranspiración, la formación de nubes y las precipitaciones determinan la disponibilidad de agua en la superficie terrestre. En el ciclo del carbono, la temperatura afecta la tasa de fotosíntesis y respiración, así como la capacidad de los océanos para absorber CO₂. El ciclo del nitrógeno también depende de la humedad y la temperatura, que controlan la actividad microbiana responsable de la fijación y transformación del nitrógeno.
3.5. Disponibilidad de recursos naturales
La distribución de recursos minerales, energéticos y bióticos está fuertemente influida por el clima. Los depósitos evaporíticos (sal, yeso) se forman en climas áridos, mientras que los combustibles fósiles tienen su origen en ecosistemas antiguos cuya productividad estuvo determinada por el clima. La agricultura, la disponibilidad de agua y la distribución de bosques y pastizales también dependen de las condiciones climáticas, lo que influye en el desarrollo humano y económico de las regiones.
El clima es un elemento estructurador de la vida y de los sistemas abióticos del planeta. Regula las condiciones necesarias para la existencia de los organismos, dirige la evolución y distribución de las especies, modela el relieve, controla la dinámica de los suelos y los océanos, y determina los ciclos químicos fundamentales. A través de su influencia constante y a lo largo de escalas temporales profundas, el clima ha dado forma a la Tierra tal como la conocemos hoy.
Factores que Determinan el Clima en un Lugar
El clima de una región es el resultado de la interacción entre diversos factores físicos y geográficos que regulan la temperatura, la humedad, la precipitación y la circulación atmosférica. Estos factores, conocidos como condicionantes del clima, actúan de manera conjunta para generar las condiciones particulares de cada zona del planeta. Entre los elementos más relevantes se encuentran la latitud, la altitud, la continentalidad, la topografía y el albedo.
1. Latitud
La latitud es uno de los factores fundamentales que determinan el clima, ya que regula la cantidad de radiación solar que recibe un lugar a lo largo del año. En las regiones cercanas al ecuador, los rayos solares llegan de forma más directa, lo que genera temperaturas elevadas y menor variación estacional. Por el contrario, conforme aumentan las latitudes hacia los polos, los rayos solares llegan más inclinados, disminuye la energía recibida y se presentan estaciones marcadas.
La latitud también influye en la distribución de las zonas climáticas: las regiones tropicales, templadas y polares se definen principalmente por su posición latitudinal. Esta variación afecta no solo la temperatura, sino también los patrones de precipitación y la humedad relativa, condicionando la vegetación y los ecosistemas característicos de cada zona.
La latitud también influye en la duración del día y la noche, especialmente en zonas polares donde pueden ocurrir fenómenos como la noche polar o el sol de medianoche. Esta variabilidad en la radiación solar es determinante para la temperatura, la humedad y la dinámica de los ecosistemas.
El principio físico que explica esta influencia es la inclinación del eje terrestre y la forma esférica del planeta, que generan diferencias en la forma en la que se distribuye la radiación solar. En latitudes bajas, la radiación es más concentrada, mientras que en latitudes altas se dispersa.
Lo anterior se puede calcular mediante la ralación geométrica del seno del ángulo de incidencia de los rayos solares, que varía con la latitud.
Seno del ángulo (energía perdida): 1.000
Radiación solar incidente: 1361.0 W/m²
Este modelo simplificado ilustra cómo la latitud afecta la radiación solar recibida en un lugar, influyendo directamente en su clima, donde el resultado de la función seno representa la razón de energía solar perdida por unidad de área debido a la inclinación de los rayos solares.
2. Altitud
La altitud modifica de manera directa la temperatura y la presión atmosférica. A medida que aumenta la altitud, el aire se vuelve menos denso y retiene menos calor, lo que provoca un descenso térmico aproximado de 0.5 °C por cada 100 metros de elevación. Este fenómeno explica por qué en regiones montañosas pueden darse condiciones frías incluso en zonas cercanas al ecuador.
Además, la altitud modifica la humedad del aire y la forma en que se generan las nubes y las precipitaciones. Las montañas suelen provocar ascensos orográficos del aire, lo que favorece la formación de lluvias en sus laderas de barlovento y crea zonas más secas en las laderas de sotavento, fenómeno conocido como sombra orográfica.
3. Continentalidad
La continentalidad describe el grado de influencia que tiene el océano sobre la temperatura y la humedad de un territorio. El agua posee una gran capacidad calorífica, por lo que se calienta y enfría lentamente en comparación con la tierra. Esto hace que las regiones costeras tengan climas más moderados, con inviernos suaves y veranos frescos, mientras que los climas continentales o alejados del mar presentan mayor contraste térmico entre estaciones.
La continentalidad también afecta la humedad relativa y la probabilidad de precipitaciones. Las zonas próximas al mar suelen ser más húmedas debido a la evaporación oceánica, mientras que las regiones interiores, especialmente en grandes masas continentales, tienden a ser más secas y áridas.
4. Topografía
La forma y disposición del relieve influyen de manera notable en los patrones climáticos. Las montañas pueden actuar como barreras que detienen masas de aire húmedo, generando precipitaciones intensas en un lado y climas secos en el otro. Las cuencas cerradas pueden atrapar aire frío o caliente, dando lugar a microclimas con dinámicas propias.
Las pendientes modifican la cantidad de radiación solar recibida: las laderas orientadas hacia el sol (solanas) son más cálidas y secas, mientras que las orientadas en sentido contrario (umbrías) conservan mayor humedad y presentan temperaturas más bajas. A escala regional, la topografía puede determinar la dirección de los vientos, los flujos de humedad y la ubicación de zonas propensas a niebla, heladas o tormentas.
5. Albedo
El albedo es la capacidad de una superficie para reflejar la radiación solar. Superficies claras como la nieve, el hielo o los desiertos de arena reflejan una fracción importante de la radiación incidente, contribuyendo a mantener temperaturas más bajas. En cambio, superficies oscuras como los bosques, el agua o el suelo húmedo absorben mayor cantidad de energía, lo que incrementa la temperatura local.
El albedo tiene un papel clave en fenómenos de retroalimentación climática. Por ejemplo, la pérdida de hielo en regiones polares reduce el albedo y expone áreas más oscuras del océano, que absorben más calor y favorecen un mayor deshielo. Este proceso afecta la temperatura global, la circulación oceánica y, en consecuencia, los patrones climáticos a gran escala.
Clima y arquitectura
El clima influye significativamente en el diseño arquitectónico y la planificación urbana. Comprender las condiciones climáticas de una región es esencial para crear espacios habitables, eficientes y sostenibles. A continuación, se presentan algunos aspectos clave de cómo el clima afecta la arquitectura:
- Diseño pasivo: La orientación de los edificios, la selección de materiales y el diseño de ventanas pueden optimizar la eficiencia energética al aprovechar la luz solar y la ventilación natural.
- Aislamiento térmico: En climas fríos, es crucial utilizar materiales con buen aislamiento para mantener el calor interior, mientras que en climas cálidos, se deben emplear técnicas para reducir la ganancia de calor.
- Protección contra elementos climáticos: La arquitectura debe considerar la protección contra lluvias intensas, vientos fuertes y otros fenómenos climáticos extremos mediante el diseño adecuado de techos, drenajes y estructuras resistentes.
- Espacios exteriores: La creación de áreas sombreadas, jardines y patios puede mejorar la comodidad térmica y fomentar la interacción social en climas cálidos.
En resumen, integrar consideraciones climáticas en el diseño arquitectónico no solo mejora la habitabilidad de los espacios, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental al reducir el consumo energético y minimizar el impacto ecológico.
La influencia del clima en la arquitectura vernácula, o arquitectura popular, es fundamental y constitutiva. Esta tipología constructiva representa la relación perfecta y primigenia entre las condiciones naturales de un lugar, las necesidades humanas y la construcción sostenible. El clima no solo determina los materiales disponibles, sino que, a través de sus factores (radiación solar, viento, temperatura, humedad y precipitación), impone soluciones específicas para garantizar habitabilidad y confort.
La arquitectura vernácula utiliza estrategias bioclimáticas (invariantes) que se manifiestan de diferente forma según el clima. Estas incluyen:
- Protección solar y captación solar.
- Ventilación natural (cruzada o inducida).
- Aislamiento e inercia térmica.
- Materiales autóctonos y formas adaptadas.
1. Arquitectura en Climas Cálidos y Secos (Latitudes Bajas)
Zonas áridas y semiáridas con alta radiación, gran oscilación térmica diaria y baja humedad. El objetivo principal es reducir la ganancia térmica y aprovechar la inercia.
| Estrategia | Descripción | Ejemplos | Imágen |
|---|---|---|---|
| Inercia Térmica | Uso de muros gruesos y pesados que absorben el calor del día y lo liberan por la noche, estabilizando la temperatura interior. | Casa de Bagdad (Irak); vivienda de Mohenjo-Daro (India/Pakistán). |
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| Protección Solar | Fachadas claras y pequeñas aberturas para reducir ganancias térmicas; patios sombreados. | Viviendas densas con patios en Bagdad; torres de viento de Yemen. |
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| Enfriamiento Evaporativo | Uso de agua y vegetación para disminuir la temperatura del aire. | Patio central con fuentes en la Casa de Bagdad. |
|
| Ventilación Inducida | Captación de aire fresco mediante torres o chimeneas de ventilación. | Torres de viento (bâdgir) de Hyderabad y del golfo Pérsico. |
|
2. Arquitectura en Climas Cálidos y Húmedos (Latitudes Bajas)
Regiones tropicales y monzónicas con temperaturas elevadas y muy alta humedad. El objetivo principal es maximizar la ventilación y evitar la acumulación de calor y humedad.
| Estrategia | Descripción | Ejemplos | Imágen |
|---|---|---|---|
| Ventilación y Autoventilación | Construcciones ligeras y permeables que permiten el flujo constante del aire. | Vivienda fali (África); casa maya (México). |
|
| Estructuras Elevadas | Viviendas sobre pilotes que permiten la circulación de aire y evitan humedad e inundaciones. | Palafitos de Venezuela; viviendas elevadas de Rumah Tingi (Nueva Guinea). |
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| Materiales Ligeros | Uso de madera, paja, bambú y materiales de alta permeabilidad al vapor. | Tabiques de bambú en Indonesia; cubierta de palma en casas mayas. |
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| Protección Contra la Lluvia | Techos muy inclinados para evacuar rápidamente grandes volúmenes de lluvia. | Palafitos de Venezuela; viviendas tropicales de cuatro aguas. |
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3. Arquitectura en Climas Templados (Latitudes Medias)
Climas variables con estaciones diferenciadas. La arquitectura debe equilibrar la captación solar en invierno y la protección en verano.
| Estrategia | Descripción | Ejemplos | Imágen |
|---|---|---|---|
| Masa Térmica y Aislamiento | Combinación de muros pesados e aislamiento para responder a estaciones frías y cálidas. | Casa rural ibicenca; trullo del sur de Italia. |
|
| Adaptación al Terreno | Uso de cuevas, viviendas semienterradas o excavadas para aprovechar la inercia del terreno. | Viviendas de Matmata (Túnez); arquitectura troglodita de Capadocia. |
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| Aprovechamiento de Recursos | Sistemas que utilizan viento, agua o materiales locales para eficiencia energética. | Molinos de viento de La Mancha; palomares de Tierra de Campos. |
|
4. Arquitectura en Climas Fríos y de Montaña (Latitudes Altas)
Regiones con muy baja radiación solar y temperaturas frías. Las estrategias buscan conservar el calor y minimizar la pérdida energética.
| Estrategia | Descripción | Ejemplos | Imágen |
|---|---|---|---|
| Aislamiento y Cerramientos | Formas compactas y materiales con alta resistencia térmica para conservar calor. | Iglú esquimal; yurta de Mongolia. |
|
| Protección del Viento | Mínimas aberturas y orientación estratégica para evitar vientos fríos. | Iglú con entrada en túnel; viviendas noruegas orientadas E–O. |
|
| Calentamiento Interno | Aprovechamiento del calor corporal, fuego y animales, con ventilación controlada. | Iglú con lámparas de aceite; pallosa española con cubierta de paja. |
|
El clima es el factor rector de la arquitectura vernácula, determinando soluciones eficientes y adaptativas que integran materiales, forma y técnica en equilibrio con el entorno. Estas tradiciones constructivas son la base conceptual de la arquitectura bioclimática contemporánea.
Si bien, las tablas anteriores definen estrategias generales para el diseño de edificios que responden al clima, es importante reconocer que cada proyecto arquitectónico debe considerar las particularidades locales, incluyendo microclimas, cultura, disponibilidad de materiales y tecnologías constructivas. La integración de estos factores garantiza soluciones más efectivas y sostenibles.
Es relevante también considerar la actividad metabólica que los usuarios desarrollan el el interior de los espacios. Las necesidades térmicas varían según la actividad física, el vestuario y la duración de la estancia, lo que influye en el diseño bioclimático.
Correciones geográficas y físicas en la temperatura
los elementos principales que afectan la temperatura de un lugar son:
| Factor | Descripción | Corrección Térmica |
|---|---|---|
| Latitud | Distancia al ecuador afecta la radiación solar recibida. | ±0.1 °C por cada grado de latitud desde el ecuador. |
| Altitud | Elevación sobre el nivel del mar influye en la presión y temperatura del aire. | ±0.5 °C por cada 100 metros de altitud (±0.005 °C por cada metro). |
| Continentalidad | Proximidad al mar modera las temperaturas extremas. | Variable según la configuración del terreno. |
| Topografía | Relieve local puede crear microclimas con variaciones térmicas. | Variable según la configuración del terreno. |
| Albedo | Capacidad de la superficie para reflejar o absorber radiación solar. | Variable según el tipo de superficie (clara u oscura). |
Análisis climático
El análisis climático es una herramienta esencial en el diseño arquitectónico bioclimático, ya que permite comprender las condiciones ambientales de un lugar específico y cómo estas afectan el confort térmico y la eficiencia energética de los edificios. Este análisis implica la recopilación y evaluación de datos climáticos históricos y actuales, incluyendo temperatura, humedad, radiación solar, viento y precipitación.
El proceso de análisis climático generalmente incluye los siguientes pasos:
- Recopilación de datos: Obtener información climática de estaciones meteorológicas, bases de datos climáticos y modelos climáticos.
- Evaluación de patrones climáticos: Analizar las tendencias estacionales, diarias y anuales para identificar períodos críticos de calor, frío, humedad y viento.
- Identificación de factores climáticos clave: Determinar cuáles son los factores más influyentes en el confort térmico y la eficiencia energética del edificio.
- Simulación y modelado: Utilizar software especializado para simular el comportamiento térmico del edificio bajo diferentes condiciones climáticas.
- Desarrollo de estrategias bioclimáticas: Basándose en el análisis, diseñar soluciones arquitectónicas que optimicen el uso de recursos naturales y minimicen el consumo energético.
En México, existen diversas fuentes de datos climáticos que pueden ser utilizadas para realizar un análisis climático detallado. Algunas de las principales fuentes incluyen:
- Servicio Meteorológico Nacional (SMN): Proporciona datos históricos y actuales sobre temperatura, precipitación, viento y otros parámetros climáticos.
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI): Ofrece información geográfica y climática a nivel nacional.
- Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM: Realiza investigaciones y proporciona datos climáticos específicos para diversas regiones del país.
- Modelos climáticos globales y regionales: Herramientas como el Modelo Climático del Centro Hadley o el Modelo Climático Regional (RCM) pueden ser utilizados para obtener proyecciones climáticas futuras.
La recopilación particular de dados climáticos es posible debido a la accesibilidad de pequeñas estaciones meteorológicas que pueden ser instaladas en el sitio de interés, permitiendo obtener datos específicos y detallados para un análisis más preciso.
Cabe resaltar que para que los datos climáticos sean estadísticamente fiables, la Organización Meteorológica Mundial establece que debe contarse con al menos 30 años de registros continuos para connformar lo que se conoce como 'normal climática'.
El Servicio Meteorológico Nacional de México ofrece acceso a una amplia base de datos climáticos a través de su portal web. Para el monitoreo climático el SMN cuenta con dos tipos de estaciones: automáticas y convencionales.
Las convencionales son operadas por personal capacitado y registran datos de temperatura, humedad, precipitación, viento y presión atmosférica.
Las estaciones automáticas, por otro lado, recopilan datos de manera continua y remota, permitiendo un monitoreo más frecuente y detallado.
Dentro de las Estaciones Meteorológicas automáticas encontramos dos clasificaciones; las Estación Sinóptica Meteorológica Automática (ESMA) y las Estaciónes Meteorológicas Automáticas (EMA)
Los requerimientos del proyecto arquitectónico en temas de clima y confort térmico determinarán el tipo de análisis climático necesario. De manera particular, se requiere la evolución de la temperatura y humedad relativa tanto en el día típico del mes, como de cada mes del año. Para ello, es necesario contar con datos horarios de temperatura y humedad relativa, datos que son proporcionados por las Estaciones meterológicas automáticas (EMA y ESMA) del Servicio Meteorológico Nacional.
Con esta información, es posible elaborar gráficos de confort térmico, como los diagramas de Mollier o las cartas psicrométricas, que permiten visualizar las condiciones ambientales y diseñar estrategias bioclimáticas adecuadas para el proyecto arquitectónico.




